Aconsejando A Isabel
Abel Soria
4:18Don Viterbo Durán, alias El Toro Después de echarse al buche un par de cañas Se deleita diciendo sus hazañas con su charla monótona de loro Cuenta sus amorosas artimañas tendidas cual severas telarañas Que, según él, son su mejor tesoro Yo soy sin yelpa al amor y tan juerte me enamoro Que suelen llamarme El Toro de puro atropellador Huelo y corto cualquier flor pa' no andar con pequeñeces Saciando mis intereses, si de polleras se trata No les doy la serenata, sólo a curas y a escoceses Cuando pierdo una muchacha, suelo agenciarme una vieja Porque a falta de madeja levanto igual una hilacha Lo mismo que la vizcacha que lo que agarra se lleva Dando la pauta y la prueba de acaparador baquiano Todo lo que encuentro a mano, me lo arrastro pa' la cueva Mi instinto no necesita más que bombearles el rancho Pa' luego encarnar el gancho con guitarra y vidalita La mujer y la mulita me tientan a troche y moche Y haciendo gala y derroche de astucia y de picardía Les marco el rastro de día pa' cazarlas por la noche Sin embargo, como creo que pa'l compuesto soy ducho Nunca fui de temblar mucho ni de estirar el punteo No hago demasiao' rodeo si estoy en tren de conquista Soy lo mismo que un dentista, rápido con sus pacientes Ni bien me muestran los dientes, tengo la jeringa lista Por matunga o por potrilla, no me acobarda ninguna Ni tobiana ni lobuna, ni azuleja ni tordilla Déjenme formar tropilla que el pelo no me interesa Ni miro ninguna pieza del apero con que monto Cuando el puchero está pronto, no ando eligiendo la presa Soy cazao', pero con vicios de cazador mujeriego Y al barrer es que hago fuego pa' que no haya desperdicio Como no tengo prejuicio, hago colección y acopio A la culebra le copio y en cualquier boquete entro Sobre todo cuando encuentro tapao' el boquete propio Le llamaban El Toro a don Viterbo No por lo cargador precisamente Sino por los adornos que en la frente Le puso su mujer con odio acerbo Y hoy que la represalia es voz corriente Por tratarse de un nombre insuficiente No le llaman El Toro sino El Ciervo