El Solovino

No quiere comer mi perro,
pobre de mí solovino,
de flaco se anda cayendo, se la pasa,
hechado afuera
nomas mirando al camino.
La casa, se ve vacía, la cama,
se 1ve muy triste,
descuidada y destendida, se ve,
que mucho te extraña,
desde aquel día que te fuiste
te extraña mis labios, te extraña
mi cuerpo y mi corazón,
te extrañan el polvo y
las telarañas de cada rincón,
y te echan de menos
las cuatro paredes de esta habitación,
de tanto extrañarte el rosal
que plantaste se secó y murió,
y hasta la vecina se ve
que te extraña, por ti pregunto,
te extraña mi cama
te extraña mi perro, y te extraño yo.
Pobre de mí solovino, me da arta pena mirarlo,
sus ladridos son muy tristes,
Desde aquel día que te fuiste,
no hallo como consolarlo.
te extraña mis labios, te extraña
mi cuerpo y mi corazón,
te extrañan el polvo y
las telarañas de cada rincón,
y te echan de menos
las cuatro paredes de esta habitación,
de tanto extrañarte el rosal
que plantaste se secó y murió,
y hasta la vecina se ve
que te extraña, por ti pregunto,
te extraña mi cama,
te extraña mi perro, y te extraño yo.