La Creciente

Precisamente

Llegó como un temblor primaveral,
como un beso caliente del azar.
Precisamente a mi viniste a dar.
de Baires a mi casa hay un suspiro,
y aquí estas delante de mío,
como un rayo,
como un signo inapelable del destino.
¿Son tus ojos, o alucino
brotes de sol en mi habitación,
quemándome despacio en tu calor?

Se fue como se va cada estación,
como mata el poniente a cada sol.
Precisamente así pusiste a andar.
Anuncia cada flor en cada estío,
cada flor trae consigo,
un adiós, una muerte, un desaliento,
y un olvido,
bella flor que florecimos,
y ahora tu andar pugna en marchitar.
¿Sabes acaso bien a dónde vas?

No a la puerta, no al zahuán, no a la vereda,
no es que afuera alguien espera,
no a tu casa, o a tu bendita soledad,
no a Pilar, no a Villa Rosa,
te desmienten las baldosas ,
tu partida tiene oculta otra verdad,
te vas, precisamente de acá.

Llegaste a desgarrar mi soledad,
a reinventar el aire con tu voz.
Preciosa flor del mundo así brotó.
Sutil como un aroma de la infancia,
como un sueño revivido,
como un hálito de lluvia,
un abrazo de mañana,
tu respiración cercana,
vino a sanar tanta oquedad,
regando luz al último rincón.

Pasó como tormenta y es que acá,
quedaron tantos peces por salvar.
Se fue tras un fatal beso final.
Fugaz como una sílaba de luna,
que acaricia y no perdura,
como un fallo, un disparo,
una sentencia a última hora,
quien avisa no traiciona,
y así marchas, sin voltear atrás
¿Sabes acaso bien a dónde vas?
No a la calle, no a la esquina, al horizonte
no el exilio está en tu norte,
no a la suerte estás fiándole tu andar,
no al averno, no al olvido,
no es el cielo tu destino,
no a otro puerto, otra frontera, otro país,
te vas, precisamente de mí.