¡Ay Carmela!

Tengo una pena, pena
Una pena que me mata
El corazón me llena de dolor
Ay, qué pena tan ingrata

Esa mujer que perdí
Toda su vida me dio
Pues aún sueño que me mira con alegría

Por ti luché y triunfé
Por ti viví y soñé
Y mis ojos solo miraban por ti

Ay, Carmela, mi amor es tan grande
Que la misma muerte no puede extinguir
Ay, Carmela, qué importa mi vida
Si yo he de quererte hasta el momento de morir

Ay, qué triste, ay, qué pena
Haberte perdido siendo tú tan buena, divina mujer
Ay, qué pena, ya sé que no existes
Pero me quisiste con pasión, llena de ilusión

Ay, Carmela, no puedo olvidarte
Y llevo tu nombre clavao en mi cruz
Ay, Carmela, ¿por qué me dejaste?
¿Por qué te llevaste toda la alegría de este cantador?

Y toda su fe