Escualo
Astor Piazzolla
3:26Pianito de mala racha Que muele cuentos, a ver Si muestra el rengo en la hilacha De su valse, a la muchacha La que nadie quiere ver Que moje el diablo en garnacha Su renga pata al moler El tiempo muestra la hilacha Y nadie la quiere ver Ella vino desde aquella dimensión transbarriotera Donde alcanza a la esperanza, una barrera y un camino La campana, tres estrellas, una ojera en el balcón sombroso Un gol, la plaza El sol sin prisa de una misa con mañanas Y vecinos y torcazas Algunos mozos que le den a las polleras Y un andén, con otro humo y otra pena y otro tren para la espera Una novena, una ramera, un almacén La pequeña nació un día Que estaba borracho Dios Por eso, en su voz dolían Tres clavos zurdos, nacía Con un insulto en la voz Tres clavos negros, un día Que estaba mufado Dios Tres clavos negros, un día Que estaba de estaño Dios Y dos angelotes de la guarda parda Dos raros palomos que andaban de trote por la orilla ñata Trajeron llorando a la niña en el lomo En la cal mulata del último muro Plegando de pena, las alas de lata, grabaron su nombre María, con balas morenas De arena y de frío le hicieron los días tan duros Y a espaldas del río, allá donde el río se junta a la nada Con una pregunta bordada en la falda La niña María creció en siete días Zapada de contrasuerte Milonga a suerte y verdad Que un bordón de mala muerte Sin llorarte ni quererte Fraseaba en tu soledad Pequeña, qué inversa suerte Saber toda la verdad La zapada de la muerte Punteaba en su soledad Como esta ciudad, de duelo y de fiesta Robada a las brujas terrajas y en celo que empujan la vida María fue un poco del loco desvelo de cada baraja suicida y vacía Jugada a la apuesta perdida de la soledad Fue el verso de antojo broncao, en la puerta del primer fracaso Y la rosa tuerta de un payaso cojo Diosa y atorranta, del cielo y del hampa fue trampa lo mismo Y atados de un pelo por el alba van Su parte de abismo, su parte de pan Y en el barrio, las arpías Viejas de negro capuz Como en una eucaristía Mugrentera, por María Rezan lunfardos en cruz Allá en el barrio, María Le han puesto nombre a tu cruz María de agorería Tendrás dos tangos por cruz Pero aquellos hombres, los rudos maestros de mi tristería Que saben del mudo arremango que cabe a ese nombre Y han vuelto a su modo, tan lerdos Tan serios de todos los nuestros misterios Cuando hay pena llena canyengueando el aire de las curderías Lo nombran apenas, ladrando a su recuerdo La sombra de los tangos que ya fueron Y no existen todavía Triste María (de olvido eres) De Buenos Aires (entre todas las mujeres) Triste María De Buenos Aires (de olvido eres) Triste María (entre todas las mujeres) De Buenos Aires (de olvido eres) Triste María (entre todas las mujeres) De Buenos Aires (de olvido eres entre todas las mujeres)