La Frontera

Hablo de abrazos sin fronteras, 
de te quieros a granel, 
de hacer escala entre tus piernas.
No quiero calma en esta guerra,
ni eso de que te vaya bien.
No quiero calma en esta guerra.
Ni besos sin peso que vienen pisándome.
Y ahora que viajan lejos tus palabras
me has hundido el mes de abril.
Soy el remite de una vieja carta 
que me dedicaste a mí.
Palabras que desgarraron mi alma 
y que firmaste con carmín.
Atentamente, nunca tuya.
Hablo del mar y de la arena,
del dorado de tu piel, 
de ser quien fui y tú quien eras.
De aquellas cosas que no dije, 
del valor que me faltó.
Sigo curando cicatrices.
Y, ahora que viajan lejos tus palabras,
me has hundido el mes de abril.
Soy el remite de una vieja carta 
que me dedicaste a mí.
Palabras que desgarraron mi alma
y que firmaste con carmín.
Atentamente, nunca tuya.
¡Dónde coño estarás!
Dime si la vida te trata bien o mal.
¡Dónde coño estarás!
Si estás cansada de esperarle, 
de ser para él siempre nadie.
Dices que toca despedirse, 
que tus labios buscan algo mejor.
De nada vale si estás triste.
Y, aunque me duela este adiós, 
que el viento te sople a favor.
Y ahora que viajan lejos tus palabras,
me has hundido el mes de abril.
Soy el remite de una vieja carta
que me dedicaste a mí.
Palabras que desgarraron mi alma
y que firmaste con carmín.
Atentamente, nunca tuya.