Eulalia

Oh, reluciente resplandor de la mañana
Aurora cándida, préstame tu atención
Ponle sentido a mis canciones, bella Eulalia
Las que descienden de mi pobre corazón
Desde el momento en que mi Dios me echó a este mundo
Y tú naciste como estrella matutina
Tú me consignas como el amor insegundo
Porque tú eres mi mañana esclarecida

Rosa fragante del paraíso terrenal
Lirio encantado del jardín de Salomón
Yo te suplico me dispenses el amar
A tu hermosura formada por el creador
Y si de estrellas yo pudiera coronarme
El astro Venus colocaría en tu lugar
Mercurio, Júpiter, también el astro Marte
Sobre la luna yo te habría de colocar

Tú eres la estrella que guía mi pensamiento
Y las cadenas que me tienen prisionero
Para cumplirte yo aquellos diez mandamientos
Y conseguir el pensamiento que yo quiero
El cielo azul es el testigo que yo te amo
Y que te adoro con ardiente frenesí
Y que no son adulaciones las que te hago
Por Dios, Eulalia, compadécete de mí

Triste me encuentro porque he llegado a llorar
Mas no te olvides, guárdame en tu corazón
De bellas flores que yo he llegado a cortar
Ninguna de ellas se compara con tu amor
Ya me despido, bella Eulalia, adiós, adiós
Lágrimas tiernas he vertido por amarte
Si en algún día tú me resuelves que no
Mejor la muerte en recompensa de adorarte