Memoria Traumática (Tept Y Olvido Por Trauma)

No es solo un recuerdo...
Es una herida que no cicatrizó.
No se cuenta en palabras,
se revive en sudor y en temor.

Cuando el trauma irrumpe, el cerebro se quiebra,
el evento se graba sin lógica ni regla.
El hipocampo se apaga por el cortisol,
y la amígdala domina como un tambor.

La memoria se vuelve fragmentada,
sensorial, corporal, congelada.
Lo que pasó no se narra en secuencia,
se revive en sensaciones, sin defensa.

Memoria traumática, más allá del control,
no pregunta si quieres recordar el dolor.
Se activa sin aviso, con cualquier disparador,
y devuelve la angustia como si fuera hoy.

Hay recuerdos que no están perdidos,
están silenciados, reprimidos, escondidos.
Mecanismos de defensa los ocultan,
como la disociación que nubla y sepulta.

Pero también hay hiperacceso brutal,
donde todo se recuerda con intensidad letal.
Se graba sin filtro, sin contexto o sentido,
como imágenes sueltas de un tiempo herido.

En el TEPT no es olvido...
es repetición.
El cuerpo recuerda lo que la mente bloqueó,
y en sueños o ruidos, revive lo que enterró.

Memoria traumática, sin narrativa ni paz,
te atrapa en el pasado que no se va.
Hay que integrar lo sentido y lo pensado,
para que el recuerdo sea procesado.

No todo debe olvidarse...
pero sí transformarse.
Para que la memoria no sea prisión,
sino testimonio... y liberación.