Un Otoño Al Que No Ire Jamas

Atravesando fríos y distancias
Voces y palabras que echaron raíces en mí
Burlando al fondo el orden y el sentido
Abrigándonos al calor de un latido
Ya estabas ahí
Pilar de escombros cientos esparciendo
Penas desprendiendo miles de lamentos que fui
Flotó en el aire el miedo enmudecido
Miedo humedecido y ausencias bailaron
Presentes allí
Hubo una mano envolviendo mi mano de complicidad
Y una pantalla luciendo las sombras de la eternidad
Quebró la línea de las circunstancias con tu realidad
Y venderás regalando paz
En un sol de abril reinventando el mar
Devenir regalando abril
Fuente y luz serás seduciendo al mar
Caminarás sobre hojas secas de un otoño al que no iré jamás
Alrededor de soledades predicando un temporal
Desde un rincón de tu escondida fugitiva de Macondo escaparás
A otro lugar sin espejismos y sin hielos que detengan
Tu caminar, tu danza propia, tu fecunda libertad
Para abrazar y acariciar a tanto sueño que desvela
Por encontrar nuevas señales prontas para desarmar
Para reírte de tu patria y tu bandera
Y del recuerdo de esta espera pronto
Es que venderás regalando paz
En un sol de abril reinventando el mar
Devenir regalando abril
Fuente y luz serás seduciendo al mar