Ni San La Muerte

Cansado de las de perder  sin pretender ver el cielo,
Mi país de las maravillas se estampilla contra el suelo.
Arrastro un suspiro tal vez hoy me piro y si te miro sabes respiro por vos,
Puse la otra mejilla, la ultima costilla y me trastrabilla hasta la razón.
Más de un fracaso en el mazo, y por si acaso apareces,
Deje mi sufrimiento,  ese sabor a un te miento que me regalaste la última vez.

Me levante de la lona y un mundo se asoma para ver,
Que aunque me coma la carcoma no me dejare vencer.
Todo pasa tan lento que presiento que el viento me va a llevar,
Tal vez me devuelva el tiempo que perdí intentando olvidar.

Y ya no soy el mismo, frente al abismo, tu egoísmo en el limbo me abandono,

Librado a mi suerte quise ser más fuerte y ni san la muerte escucho mi rezo.
Harto de ser el cordero del verdugo, no me arrugo ni madrugo el barba no va a mirar,
Soy un alma delirante, un poeta  y un viajante que llego hasta el final.

Pero no, pero no, quise sentar cabeza, y por más que sea la presa de un tiempo que me desprecia, esta demencia nunca rogo clemencia  y se dejo llevar como botes en Venecia.
Tantas falacias, necias se escondían en tus caricias reacias y carentes de tu cariño, hoy riño a un sueño extraño y desempaño  las penas que me dejaste de niño.
Sé que fui un accidente, por de mas desobediente, soy un ente procedente de un pasado sin presente. Solo un niño diferente al que le fue más que evidente, que a él dios nunca le dio pan por cosechar tantos dientes.
Y ya no soy el mismo, frente a mí mismo,  tu cinismo en el cielo me traiciono. 
Librado a mi suerte, quise al fin perderte y ni san la muerte escucho mis versos…
Le grito a un cielo que hace tanto no es celeste, no molestes con que no te conteste, si aunque proteste y me cueste, tantos años reste de mi memoria si para vos solo fui la escoria de tu triste historia.

Y ya no soy el mismo, frente a mí mismo,  tu cinismo en el cielo me traiciono. 
Librado a mi suerte, quise al fin perderte y ni san la muerte escucho mis versos…