Fe Que Abrasa El Miedo

Caminé entre sombras que querían mi alma,
me susurraban dudas, me vestían de calma.
Pero el fuego en mi pecho rugía encendido,
no nací para huir... ¡nací para el grito!

Mi armadura no es hierro, es fe inquebrantable,
mi espada es promesa, mi paso imparable.
Cuando tiemble la tierra y retumbe el terror,
gritaré con el cielo: “¡Mi Dios es mayor!”

cunque venga el rugido del miedo ancestral,
yo levanto mi estandarte celestial...

¡Mi fe no conoce fronteras ni oscuridad!
¡No se apaga en tormenta, no teme el final!
¡Soy llama viva en la noche brutal,
fui forjado en batalla, mi esencia es inmortal!

He sentido el aliento del pánico frío,
he tocado el abismo, lo he hecho mío.
Pero aun con las lágrimas y el corazón herido,
¡mi espíritu canta, aun estoy vivo!

La duda me hirió, pero no me quebró,
en lo más hondo... mi alma gritó.
No soy esclavo de voces vacías,
¡mi fe es mi escudo, mi fuerza, mi guía!

cunque el miedo se vista de fuego y de lanza,
yo camino en la luz de la esperanza...

¡Mi fe no conoce fronteras ni oscuridad!
¡Ni la noche más negra la podrá apagar!
¡Soy eco del cielo en un mundo cruel,
soy llama que avanza, soy torre de miel!

No temeré al valle de sombras...
Ni a la voz del pasado.
Pues mi Dios me cubre...
¡y yo camino desatado!

¡Mi fe no conoce fronteras ni oscuridad!
¡Soy voz que no calla, soy hijo del Sol!
cunque tiemble la tierra y ruja el mar,
¡la fe que me abrasa... es llama eternal!