Sensaciones De Un Cazador

Llega el otoño,
el cielo se pone gris,
verdes los campos,
el vuelo de una perdiz.

Se parpa en el ambiente,
ilusiones de un montero,
a la claridad del dia,
el jabalí de sus sueños...

No hay más nervio que escuchar,
que el ladrio de una rehala,
la presencia de un venao,
el corazón le palpita.
No hay más nervio que escuchar,
que el ladrio de una rehala,
el tropel de un jabalí,
el corazón le palpita...

Rehaleros de la sierra,
voces que estremecen,
lances que no se olvidan,
grabados en el monte.

Escrito tiene que estar,
el cazaor no apunta a la carne,
es de buen hacer,
lo lleva en la sangre.

La belleza y lo salvaje,
van cogidas de la mano,
la ternura y dulzura,
van cogidas de su amparo.

Rehalero y sus perros,
van cubriendo los montes,
el cazaor su escopeta,
esperando sensaciones...

No hay más nervio que escuchar,
que el ladrio de una rehala,
la presencia de un venao,
el corazón le palpita.
No hay más nervio que escuchar,
que el ladrio de una rehala,
el tropel de un jabalí,
el corazón le palpita...