Silenciosamente

Era una tarde de otoño
De otoño neblinoso
No me podré olvidar
Se hallaba junto a mi dulce mujer
Fenquida de emoción y de placer
Soñando en la aventura de un ayer
De dicha y de bondad

En la penumbra dorada
En la tibieza grata del nido familiar
Recuerdo aquel instante de fervor
Y siento ante el vacío de su amor
La angustia irremediable de un dolor
Que nunca he de curar

Recuerdo que sus manos ardían en las mías
Y con amantes besos sus labios entendí
Y enamorosas frases sentí que me decía
La llama de mi vida se apaga para ti
Te quise como quiere la madre al hijo amado
Te amé como ninguna, me muero y soy feliz
Si tienes un cariño, si tienes amargura
No olvides que fui tuya y acuérdate de mí

Era una tarde de otoño
De otoño neblinoso
No me podré olvidar
Se hallaba junto a mi dulce mujer
Fenquida de emoción y de placer
Soñando en la aventura de un ayer
De dicha y de bondad

En la penumbra dorada
En la tibieza grata del nido familiar
Recuerdo aquel instante de fervor
Y siento ante el vacío de su amor
La angustia irremediable de un dolor
Que nunca he de curar