Mediterraneo
Joan Manuel Serrat
3:26A la calle A buscarlo al torbellino A la infame carrera sin sentido A ponerle el pie al que viene al lado A vender hasta la madre A ser vendido A besar el pie del amo A oxidarse en las fábricas Como una máquina más en el olvido A tragar siglos de sellos y de tinta Ser un expediente más en la oficina Vamos Vamos que el pan no nuestro de cada día Todo lo justifica Nada de versos ni de pájaros Los poetas están llenos de pájaros Por eso sueltan alas cuando abren la boca No se permite ni un sueño, ni poesía Compañera Si pudiéramos pararnos a oír crecer los árboles O intuir el aleteo de las mariposas Asombrarnos con los pequeños milagros de la vida Compañera Es que pasamos de largo casi siempre Si pudiéramos amarnos sin violencia Lentamente Abrirnos al sol de un nuevo hijo Sin pensar si nos alcanza el bolsillo Cuando nos debería bastar la vida Para hacer la vida Si pudiéramos estar poro a poro Y con todos los sentidos Latiendo en cada estambre, en cada pétalo En cada explosión vital que nos rodea Aún en la más mínima Vivir desde cada célula Intensamente pero en paz Oler a rocío por las noches Y a sol en las mañanas Despertar sin que el martillo de los días Intente clavarnos un número en la espalda Si pudiéramos vivir Romper las cadenas Se pobló la aurora Con excavadoras De dientes feroces y asesinos La locura diaria De la maquinaria Astilló el espejo manso de los grillos Condenaron a muerte La luz y el verde Proscribieron los pájaros las flores Y en una mañana Gris e intoxicada Se suicidaron de sombra los colores Se tragó la fábrica Los sueños, la vida Se tragó las mentes y los brazos Bajo un sol violeta Una madre aquieta Un niño de humo en el regazo Negreando azoteas Altas chimeneas Lamen con su roja llamarada La paz proletaria Lenta y rutinaria Densa como el hollín en las veredas Con paso doliente marchan lentamente los hombres Hacia la boca del monstruo que indolentes pecula con el pan Con los ojos de los hijos que esperan y preguntan Con la orfandad que ahonda en los indiferentes Numera las espaldas, aplasta dignidades Lubrica con su sangre sus miles de engranajes Chupa sus fuerzas lentamente Y luego los vomita vencidos, alienados Y esa tos y un sueldo miserable es todo lo que da Y en la ronda crepuscular de los domingos Más allá del naipe manoseado Más allá del vino adulterado Con los ojos fijos en el techo Hay más de una puteada de dientes apretados Por eso ten cuidado Vigila tus costados Afila tus garras asesinas Que entre tus cimientos Puede estar creciendo Una flor valiente y clandestina No vaya a ser que un día Violenta y subversiva Vuelva a poner en las ventanas Los pájaros, un grillo El aire azul, el brillo La vida nueva y liberada La vida nueva y liberada La vida nueva y liberada La vida nueva y liberada