Como La Esposa De Lot

Adiós, ciudad de siempre...
La soledad de mi condena me ha vuelto 
transparente...

Y paso entre la gente
como un fantasma sin cadenas que ha perdido
el oriente...

Como un penitente...
Alguien que camina la ciudad 
indiferente.

Te tengo tan presente...
Con tu sonrisa iluminando aquel asilo 
del poniente...

Tomándome las manos
mientras me hundías en el mar sin esperanza
de tus ojos verdes

junto al faro inerte 
vi tus alas rotas y una lágrima 
rebelde.

Mírame! Mírame por favor,
que el engaño es un seductor!
Soy el hijo bastardo que olvida su casa 
y se aleja de Dios...

Mírame! Mírame por favor!
Tengo miedo del día y del sol,
Que te lleve un naufragio... Que te robe un abismo...
Que llueva fuego, mi amor...
Que llueva fuego, mi amor.

Adiós ciudad del fuerte...
Desde la cima tus baluartes procuraron 
defenderte...

Mientras entre las sombras
los habitantes de la noche decidieron
tu propia suerte

echando dados de muerte...
Lobos que aúllan en la aurora de Málaga 
tan triste...

Recuérdame de día...
Con tus viejitos arrancándole a la muerte,
la vida...

Sonríe sin medida...
Que tu sonrisa desatine al nuevo sol
aguas arriba...

Desnuda todavía
trago tu sabor. Estoy partido
en la partida.


Mírame! Mírame por favor,
que el engaño es un seductor!
Soy el hijo bastardo que olvida su casa 
y se aleja de Dios...

Mírame! Mírame por favor!
Este es nuestro único adiós!
Cuando tome el camino no podré despedirme,
como la esposa de Lot,
como la esposa de Lot.