Bienvenidos

De oro la flauta del zorzal del parque
Y es su dulzura bendición del ámbito
Y no hay rincón soleado que no ofrezca
Contra luz y color, flor y descanso
Los sauces y los álamos reciben
Al cálido verano en el balneario
Y en cada chapuzón vuelan al aire
Cascadas de diamantes y de pájaros
Aquí una vez el hombre enceguecido
Buscaba bajo tierra un mundo de oro
Y descubrió de pronto que el tesoro
Tras un rayo de sol había partido
Y construyó un hogar tan extendido
Tan de todos los soles orientales
Que hoy repiten los puntos cardinales
Nuestro lema ritual de bienvenidos
Bienvenidos al parque de la sierra
Donde el hombre no esconde bajo tierra
Su herramienta de sombra y de dolor
A este nido tan nuestro que al arisco
Paisaje mineral del San Francisco
Le custodia su mundo de color
Y aquí rehacemos nuestra propia imagen
Esa que la ciudad suele robarnos
Y en cada atardecer vuelve en un brillo
De estrella y luna por los pinos altos
Si hasta el hornero te levanta nidos
Con su pico cordial y ladrillero
Y el cardenal azul, zorzal, jilguero
Con sus hijos y cantos lo han castigo
Y el colmenar que al parque ha construido
Con mano de albañil y de granjero
Y la mujer de delicado esmero
Que con gracia sutil lo ha embellecido
Anduvo el niño montaraz e inquieto
Corrió la niña sus caminos claros
Y hoy abuelos los dos junto a los nietos
Vuelan y buscan su seguro amparo
Bienvenidos al parque de la sierra
Donde el hombre no esconde bajo tierra
Su herramienta de sombra y de dolor
A este nido tan nuestro que al arisco
Paisaje mineral del San Francisco
Le custodia su mundo de color