Atadito
Santiago Chalar
3:55Te cuesta arder, pero eso sí Después que prendés ya no te apagas Basta mover cenizas y encendida Como un bicho de luz mueves las alas En cambio, la charamusca arde enseguida Un soplido nomás y se hace llama La llama crepitante de un minuto Que apenas da calor y menos brasa Metido en el fogón estoy pensando Cómo son de gemelas leña y alma Hay almas que se dan sin apagarse Y las hay que sin darse ya se apagan Cuántas veces engaña la apariencia De tanta charamusca iluminada Que en poquitos minutos te encandila Y al ratito de arder no queda nada Qué igualito que somos, coronilla Nacidos en el lomo de una sierra Y hundimos la raíz como una mano Para afirmar el alma entre las piedras No nos vamos en flores, pero en cambio Nos damos como abrigo en las tormentas Tampoco damos frutos y sin embargo Algún gurucuyá se nos enrieda La espina que mostramos Sólo tiene de salvaje arisquez dura apariencia Y sólo se lastima el que pretende Entrar al corazón, pero a la fuerza O arrancarnos un nido, porque un nido Jamás se muere solo y siempre lleva Cuando se muere el canto que empollaba Para ponerle un pico en primavera Somos dentro del monte lo más recio Casi sangre por dentro la madera Que si se enciende brasa por la noche En pleno mediodía sigue estrella No nos vamos en humo y sin embargo Si tiene que arder, arde la leña Podrán quemar el cuerpo y nunca el alma Que el alma que es raíz es como piedra Aquí, en esta ciudad, soy forastero Extraño con angustia a mi querencia Y trato en el cemento de dar sombra La sombra fraternal que el hombre lleva Y aún doliéndole el alma a la distancia Y aún sintiendo sangrar a las ausencias Del cardenal azul de la calandria El clavel del aire y la carqueja La brasa voladora del churrinche La chilca, el romerillo y la marcela No le aflojo a mi brasa porque aún sólo Un solo coronilla hace una sierra No le aflojo a mi brasa porque aún sólo Un solo coronilla hace una sierra Qué igualito que somos, coronilla Nacidos en el lomo de una sierra Y hundimos la raíz como una mano Para afirmar el alma entre las piedras