Otoño

A veces me sorprendo, sobre todo en otoño
En el goce secreto de la melancolía
Un dolor casi alegre de recordarse vivo
Que le da a la memoria dimensión infinita
Del sur exactamente
Llega un viento salado
Y en mi pequeña quinta
Pasan cosas eternas
El té se balancea con sus flores doradas
Y las últimas uvas endulzan la tristeza
Ahora voy meditando
Ya casi desprendido
Con un rostro lejano
Donde el tiempo resbala
Los ciruelos desnudan
Su piel de bronce lento
Y el invierno florece
De cielo entre las ramas
Mientras bebo el otoño
Que reposa en el vino
Y me embriago de un tiempo
De lucidez terrible
Oigo el mar a lo largo
En rumor incesante con la sal
Forcejeando por salir del origen
Nadie es el que anda
Custodiando su sombra
Sino el que habita un bosque
De relámpagos ebrios
Ser es desesperarse
Por encontrar la imagen
De los rostros que vamos haciendo
En los espejos
Y uno es ese que canta
Con amigos lejanos
En la atmósfera quieta
De las fotografías
Alguien que ya está muerto
Levanta un vaso y queda
Con su brindis de polvo
Detrás de su sonrisa
Medito reencontrándome
Con el ser de mis sueños
Y en mi hogar arde un cielo
Constelado de piñas