Me Gusta El Vino
Tito Fernández
3:57A veces cuando salgo a buscar los bueyes La edad me lleva sin querer a recordar Y aquellas leguas largas del hombre Me parecen mentira Había tan poco tiempo pa' contar Y tantas cosas que contar Había tanta energía pa' gastar Tantas montañas que aserrar Tanta tierra que sembrar Había tanta pena que cantar Había tanta noche pa' llorar Me miraba las manos y pensaba Que a veces parecían no ser mías Miraba a mi mujer cuando dormía Y pensaba que tampoco ella era mía Era del tiempo como todo Del mañana que venía silencioso Con su taza de café, media tortilla Y la lluvia a veces vociferando afuera Y apaleando el corral con sus varillas La leyenda hablaba de un entierro Que a veces brillaba por el bajo Y yo quería encontrarme aquel entierro Quería hallarlo, no pa' hacerme rico Sino pa' no sentirme tan debajo Pa' no sentirme algún día viejo y despreciao' Pa' no tener que arrendar el corazón Pa' poder hacer la rancha que quería Y comprarme una vaca y un peñón Así que una noche de San Juan Salí a buscar el mentao entierro aquel Que tanto hablaban po' Me llevé sólo una rama de la higuera, me acuerdo Y una vela que el viento me apagaba Yo soy cristiano y tengo mi creencia po' Pero esa vez no llevé ni escapulario Se me había tupío la conciencia también Y me olvidé hasta los consejos del sagrario Yo creo que vale contar esa experiencia Hallé la luz y el lugar bajo la higuera Y escarbé y escarbé toda la noche Y no hallé más que piedras, piedras y más piedras Me hice pedazos las manos escarbando Y lloré, lloré de rabia, de rabia y de impotencia Y entonces me fijé que de mis manos Salía sangre roja, roja y fresca ¿Hay tesoro más grande que las manos? Me pregunto Con ellas me agarré de la vida un día Con ellas la gané, y hoy la mantengo Y así mañana, mañana y cada día Compré montura pa'l caballo y una vaca Una vaca linda que ahora tiene crías Como la Juana que también está criando Un hijo chico, pa' continuar la vida A veces cuando le hago su cariño Por ahí, a mi nieto Juan José Me miro las manos y la edad me hace acordarme Del enorme tesoro aquel que hallé A veces cuando salgo a buscar los bueyes La edad me lleva sin querer a recordar Y aquellas leguas largas del hombre