Todo El Mundo

Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo no me lo sabe hacer.
Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo contra la pared.

"Que pasa aquí o qué,
qué bien volverte a ver.
¿No te acuerdas de mí?
No me lo puedo creer.

Estábamos aquí,
nos fuimos por ahí,
nos dimos una vuelta
y nos hartamos de reír".

¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué?
Digo yo, digo yo.
Si no retengo tanta información.
Cállate y para ya, por favor,
con tanto frío y me está entrando calor.

Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo no me lo sabe hacer.
Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo contra la pared.

Seguíamos así una conversación
de polos opuestos y sin dirección.
Pasaban los minutos, en la contrarreloj,
quitarme del medio, lo intento pero no.

Y también, y también
vas a venir, vas a venir
a mear otra vez, ¿a que sí?
Dime qué hay que hacer para huir
yo de ti y tú de mí.

¡No tengo paciencia!
¡No tengo paciencia!
Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.
Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.
Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.

Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo mete la pata.
Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo mete la pata.

Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo mete la pata.
Todo el mundo no me puede caer bien,
todo el mundo se pone hasta la pata.

Y agarrado del brazo, hablando a bocajarros,
de pronto me vi su saliva en mi nariz.
No estoy dispuesto a sufrir
y casi me vuelvo a la hora de salir.

Y también, y también
vas a venir, vas a venir
a mear otra vez, ¿a que sí?
Dime qué hay que hacer para huir
yo de ti y tú de mí.

¡No tengo paciencia!
¡No tengo paciencia!
¡No tengo paciencia!
¡No tengo!

Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.
Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.
Qué pena que la vida no te quiera encarrilar,
qué pena que la vida no te quiera golpear.