La Academia

Óperas del tiempo que pasa y que no coopera,
Mirando fijamente a los ojos de una calavera
Sostener el peso de la tierra como Atlante
He aquí cuestión: lo que tiene que ser que sea
Son contrarrevoluciones de la nueva era,
Repitiendo la historia sabiendo el final
Un templo, un portal, un retablo
Y un establo para que allí nazcan dios y el diablo
Todo a la vez: hambre, sed y ambrosía
Todo a la vez, como el caos y la armonía
Sólo en la imaginación de quién algo más espera
Como si fuera insuficiente esta energía
Que nace de evocar con nostalgia y alegría
Los recuerdos hacinados en un tren de lejanías
Ya no muerdo la mano que me lleva a la cama
Para estar acompañado cuando despierte mañana
Órdagos del viento que empuja a cada viajante
A imaginar un camino sin ver el que está delante
Quema las naves antes de cada odisea
Y persigue la estrella que te sea más brillante
Son tres Moiras quienes rigen el destino:
Una gira la rueca para que así brote el lino
Y borde la segunda en un telar con tu camino
La tercera apaga las luces y corta el hilo
Porque agota la humanidad la primavera
En hogueras cansadas que piden nueva madera
Por la espera, por cada palmera y su sequía
Con cortesía, amablemente, os pediría
Que no entre en mi academia quien no sepa geometría
De los sueños que la noche le va arrebatando al día
Donde el Leviatán moje sus pies yo seré vapor,
Como último reducto de candor y de armonía
Sabes cómo revelar,
En los altares,
Fotografías de días impares
Que están por llegar,
Cuando se acabe
En tu reloj la cuenta atrás